Cosas de la Podología

Cosas de la podología

20 de junio de 2013

En entrevista exclusiva con el  Podólogo  José Antonio Navarro Arteaga, nos platica  algunas cosas acerca de su profesión y de su arribo  al Barrio de San Bruno en Xalapa.

Podríamos empezar por una descripción amplia de lo que es la Podiatría, tal cual ciencia responsable del cuidado y tratamiento de las enfermedades del pie en su sentido más amplio; o bien, por su rama técnica la Podología (así con mayúsculas) que se encarga de las enfermedades y alteraciones que afectan al pie.

Originario de la ciudad (…) de Guanajuato, con catorce años de radicar en Xalapa y trece de ellos en este barrio de San Bruno, por Lomas del Seminario, me familiarizo con este solar y encuentro un nicho propicio para establecerme profesionalmente. Primero en la calle José Hernández, ahora en Alberto Calderón.

No obstante que la profesión que practico es considerada técnica, como una rama de una ciencia como lo es la podiatría, no por eso deja de ser un campo reducido, al contrario es amplio. Se debe tener un buen conocimiento en las ramas de la anatomía humana, fisiología, patofisiología, biomecánica del miembro inferior, radiología, farmacología, medicina general y cirugía.

Todo ello nos da las herramientas para poder atender padecimientos como las uñas encarnadas, callosidades, papilomas, pie diabético, heridas ulcerosas. Podemos decir sin exageración que existen veinte soluciones para un mismo problema y deben ser eso, soluciones. No hay casos iguales. Cada paciente es diferente, no son iguales niños adolescentes y adultos. Desde la primera entrevista debo ver cómo se origino el problema, si fue contagio, por un golpe, pie diabético o bien enfermedades congénitas, el zapato también tiene que ver, las zapatillas por los juanetes.

De los diez o doce podólogos debidamente acreditados que hay en todo Xalapa, me cabe el orgullo de ser el primero en San Bruno. Sí me gusta mi profesión por eso estudié la carrera, lo que hice en el D.F.; cursé, además, un doctorado en España y fue donde terminé mis estudios. Pongo mi empeño y esas ganas las ve la gente, por ello me recomiendan con sus amistades y familiares, de ahí que por eso se vea lleno el consultorio.

Los testimonios en la pared en su mayoría son otorgados por instituciones que ofrecen congresos, algunos aparentemente repetitivos, pero la asistencia de podiátras y podólogos, los impartidores de los cursos, los hacen novedosos, además de las nuevas técnicas, enseñando nuevas mejoras. También tengo una foto con el gobernador Miguel Alemán, pero ojo, no confundirse, la persona que entra a este consultorio, desde el más humilde hasta el más rico todos son importantes, es el reconocimiento de ese paciente el que en realidad nos da curriculum.

Clínica Santamaría. En el corazón del Barrio de San Bruno.

Se tiene la idea de que el tratamiento es local, en la patita, pero hay tratamientos con variantes como la ingestión de medicamentos, tal es el caso de un diabético con la glucosa muy alta, no lo puedo intervenir porque no tiene una buena coagulación, mándolo pues con su médico familiar para bajarle el azúcar. O un paciente prefiere tomarse el tratamiento, pero si tiene gastritis no va a tolerar la ingestión de sustancia alguna. Así ejemplifico someramente la diversidad de la atención que se procura.

El aspecto humano o social. Un paciente con la uña encarnada acude con un médico general, quien si tener la pericia que reclama el padecimiento extrae la uña; sin embargo, para nosotros no es lo correcto pues basta con quitar la parte que está afectando al dedo con un simple corte y a los dos o tres días ya está aliviado sin haber extraído la uña. Cuestión similar puede sucederme cuando se trata de un problema del resorte de un traumatólogo, ahí no debo entrar, pues aunque no lo desconozco se requiere de la práctica idónea. Es decir, no nada más es curar por curar como sentido práctico de la profesión –llámese ciencia o técnica-, sino solucionar, dar alivio, descanso, bienestar. No olvidar que se están atendiendo personas.

Como corolario tal vez se valga mencionar que una callosidad puede obedecer a que los metatarsos ya están vencidos, ahí debe haber una cura ortopédica. La micosis puede tratarse con medicamentos tomados como el Ketoconazol, o con ureas, no sin antes observar por qué se formó el mal, si se cortaron mal las uñas, si se las dejan crecer mucho, o el paciente no tiene el mismo aseo, se invierte el calcetín derecho con el izquierdo, lo que contamina todas las uñas llevando el daño de un pie al otro. Ver qué tan agresivo es el hongo, estudiar la contestación del laboratorio. Explorar los varios tipos de uñas, planas, cóncavas, invertido, según esas uñas es el tratamiento que se va a dar y no caer en el mismo círculo.

Nuestro profundo agradecimiento al Podólogo José Antonio Navarro Arteaga, distinguido vecino y amigo de todos en "el barrio de San Bruno".