El barrio de San Bruno en Xalapa, es una publicación que pongo a su disposición a partir del mes de Septiembre del 2012, con la intención de dar a conocer la riqueza social, cultural e histórica que el barrio de San Bruno brinda no sólo a la Ciudad de Xalapa, sino a todo el estado de Veracruz..
Mención aparte merece la extinta Fábrica de San Bruno, donde se dieron toda una serie de hechos sociales, en los que hoy por hoy constituyen nuestro máximo legado histórico que dieron nuestros obreros textiles; por pocos conocida y ocultada por los intereses trastocados.

martes, 20 de noviembre de 2012

Instituciones del Barrio de San Bruno


 Guadalupe  Castañares



Cuentan las consejas populares que en una noche del año 1947 cuando don Fausto Castañares Sánchez andaba su cotidiano recorrido nocturno hacia su cuarto, al circular  por lo que posteriormente conocimos como “el camino al seminario”, a la altura de los paredones -aún existentes- en lo que se entiende era el casco de la hacienda de Molino de Pedreguera, observó y siguió a una figura femenina vestida de blanco, misma que en un momento dado apresuró el paso y subió con rapidez a lo que en su tiempo fueron balcones de sobrias habitaciones, desde donde lo llamaba con la mano para que lo acompañara, la retirada no se hizo esperar y el escalofriante grito tampoco.

Paredones en la parte posterior de la Hacienda"Molino de Pedreguera".
Efectivamente estamos hablando de la famosa Llorona que arrogante flotaba en ese espacio.

Pasado el tiempo, alrededor del año 2001 (para estos eventos no se lleva bitácora) ya por las doce de la noche, en un camino que conduce a la avenida Espina Blanca de la colonia del mismo nombre, en los límites de San Bruno, deambulaba el amigo Isaías Quiroz Hernández sin mayor preocupación que seguir buscando el destino, cuando ¡oh sorpresa! Sintió a su espalda que alguien lo seguía y al volver la vista atrás se percató de una figura femenina vestida de blanco como si fuera una novia y el cabello largo, extrañado pero sin averiguar de qué se trataba prosiguió su andar, sólo para escuchar con terrorífica nitidez el lastimero grito de La Llorona.

Por qué no llamarla institución si siempre nos ha acompañado ¿Qué nos impide abundar en su existencia? Es por ello que mucho apreciaremos nos hagan llegar noticia de sus apariciones y, en la medida de lo posible, la explicación de su innegable presencia.



Lic. Guadalupe Castañares, vecino y amigo en el Barrio de San Bruno

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